jueves, 20 de mayo de 2010

EDIPO EN LACAN

EDIPO EN LACAN


El complejo de Edipo pensado como estructura, es un conjunto de elementos que se constituyen en la relación y son interdependientes.
Entran en juego cuatro elementos, la madre, el niño, el padre y el falo.

Factores que determinan el complejo de Edipo:
-Tipo de elección de objeto
-Identidad sexual del sujeto, conquista del sujeto
-Posición del sujeto frente al deseo (de insatisfacción o imposibilidad)
-Estructura Clínica (Neurosis, perversión y psicosis)

Tiempos del Edipo en Lacan

Hay dos personajes, el niño y la madre. En este tiempo el niño desea ser todo para la madre, convirtiéndose en lo que ella desea, gracias a que hay una dependencia de amor por parte de éste hacia la madre y la madre se siente completa, siendo una madre fálica.

Hay existencia de un ternario imaginario: la madre, le niño y el falo. El niño se cree el falo, por ende no hay cabida para un falo simbólico aún, pero en la madre si existe el falo simbólico. Hay existencia de otro que aporta el lenguaje, las palabras. La madre no sólo lee las necesidades del niño, sino que le construye gran parte de ellas, haciendo el papel de el Otro y el otro, para el niño, siendo este último la imagen con la que se va a identificar, el niño termina creyendo que ese otro es él.

El niño se identifica con el objeto imaginario, el falo, completando así a la madre. El niño y la madre forman una unidad narcisista satisfecha recíprocamente.

En este tiempo del Edipo el padre interviene como privador de la madre en doble sentido, al niño del objeto de su deseo y a la madre del objeto fálico.

El niño deja de ser el falo de la madre, prefiere a otro que no es él y cree que es porque éste tiene algo que el no.
La madre debe de hacer efectiva esta privación, cambiando al niño por el padre




En este tiempo el niño deja de ser el falo, la madre deja de ser fálica y el padre tampoco es el falo, éste se encuentra por fuera.

Quedan instaurados la ley y el falo como instancias que están más allá de cualquier personaje.

Se distingue el yo ideal, del ideal del yo. Siendo el primero, la imagen narcisista de perfección; y el segundo, siendo una constelación de insignias, significadas como distintivo de que se ocupa un lugar. Es el que le dará el significado y la identificación al sujeto.

El padre real actúa como un soporte de determinada función. Aparece como permisivo y donador, o sea que posibilita el derecho de la sexualidad.

"En el Edipo se llega a tener como identidad sexual, aquello que anatómicamente se es".

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